Métodos para el diagnóstico del cáncer de tiroides:

  • revisión del historial médico;
  • examen físico (palpación);
  • ultrasonido;
  • biopsia por aspiración con aguja fina;
  • exploración de radioisótopos;
  • IRM (imágenes por resonancia magnética);
  • TC (tomografía computarizada).

Durante los últimos 30 años, ha habido un aumento en el número de personas diagnosticadas con cáncer de tiroides. Se atribuye al amplio uso de estudios de imagen que detectan nódulos tiroideos.

Historia familiar

Si tiene antecedentes familiares de cáncer de tiroides, el médico analizará sus niveles de calcio (calcitonina) en la sangre. Un nivel elevado de calcitonina (una hormona vital para el metabolismo del calcio y el fósforo) puede indicar cáncer.

Examen de la tiroides en busca de nodularidad.

Examen de la glándula tiroides

El primer paso en el diagnóstico de cáncer de tiroides es un examen. La palpación de la glándula tiroides puede ser realizada tanto por el médico de familia como por los endocrinólogos. Es el método de análisis más rápido y sencillo, precediendo a los estudios de laboratorio y pruebas de imagen. El médico "sentirá" su cuello, lo que puede requerir que trague la saliva, flexione y doble el cuello.

Durante la palpación el endocrinólogo comprueba:

  • la consistencia de los tejidos glandulares;
  • presencia de nodos;
  • tamaño de los nodos (si los hay);
  • el tamaño de la glándula (se compone de 2 lóbulos, cuyo tamaño suele oscilar entre 5 y 8 cm);
  • el tamaño de los ganglios linfáticos.

Un aumento en el tamaño de la glándula tiroides puede indicar una serie de enfermedades, especialmente cuando la hiperplasia es más del 10% de la norma para este grupo de edad. Se estima que una tiroides saludable es de 10 a 20 gramos. Pero se produce cierto aumento en la masa de la glándula durante la pubertad y en las mujeres, durante el embarazo.

Sin embargo, el tamaño regular de la glándula tiroides aún no garantiza la ausencia de cambios patológicos, por lo que se deben realizar ecografías preventivas en personas de riesgo.

El examen de ultrasonido de la glándula tiroides es una base para el diagnóstico de cáncer.

Examen de ultrasonido de la glándula tiroides.

La ecografía de la glándula tiroides es un procedimiento simple que no requiere ninguna preparación preliminar ni contraindicaciones.

El diagnóstico por ultrasonido proporciona una garantía del 100% de determinar cambios en los tejidos de la glándula.

Si es necesario, se puede complementar con una ecografía Doppler de los vasos de la glándula. Esta combinación de técnicas permite dar más información sobre el tumor sin exposición adicional a la radiación (por ejemplo, en el caso de PET-CT) de un paciente.

Como resultado de la ecografía, el médico determina: las dimensiones de la glándula, la estructura del tejido y también estudia el tumor (su tamaño, forma, ecogenicidad). Además, el médico puede evaluar el estado de los ganglios linfáticos de la región.

Una biopsia de la glándula tiroides. Tipos y precisión.

El diagnóstico real de cáncer de tiroides se realiza con una biopsia, en la que se extraen células del área sospechosa y se observan con un microscopio.

Cuando se sospecha cáncer, es fundamental identificar un tumor con precisión. Para ello se realiza una Biopsia Aspiración con Aguja Fina (PAAF), para lo cual se utilizan agujas de 23-21G (0,6 - 0,8 mm) de diámetro.

La biopsia con aguja fina se introdujo por primera vez en EE. UU. y Canadá. Ahora, se utiliza en todo el mundo como el método de biopsia menos traumático y más informativo.

biopsia de la glándula tiroides

La investigación citológica determina la naturaleza del tumor y la tiroiditis autoinmune.

La biopsia de la glándula se lleva a cabo bajo la supervisión de ultrasonido. El médico tiene la oportunidad de tomar una muestra de tejido incluso de una formación de tamaño pequeño. Esta técnica mejora no solo la calidad y la precisión del muestreo, sino que también reduce la probabilidad de que entre sangre y líquido quístico en el material de estudio.

El proceso de toma de muestras de tejido para su análisis con biopsia con aguja fina recuerda a la extracción de sangre de una vena. Para garantizar la precisión del resultado, debe obtener suficiente tejido, para lo cual el médico puede realizar varias inyecciones.

La muestra se transfiere para un examen al citólogo. El procedimiento de biopsia no requiere una preparación especial por parte del paciente.

La biopsia FNA de la glándula tiroides tiene una precisión del 98% y se considera el único método confiable de diagnóstico además de la intervención quirúrgica.

La biopsia de la glándula tiroides es un procedimiento absolutamente seguro que se realiza con anestesia local y no presenta complicaciones significativas.

Puede haber un ligero dolor en el cuello los días siguientes y un pequeño hematoma en el lugar de la inyección.

La biopsia por punción se utiliza no solo para diagnosticar el cáncer de tiroides, sino también para observar la dinámica de los pacientes en tratamiento, para determinar las indicaciones de intervención quirúrgica y como tratamiento para los quistes tiroideos solitarios.

La biopsia revela:

  • cambios benignos (enfermedades no tumorales de la glándula);
  • cambios malignos (carcinomas, metástasis, linfomas);
  • cambios, con sospecha de malignidad (neoplasia);
  • insuficiente para el material de investigación.

Si el diagnóstico no es definitivo después de una biopsia FNA, es posible que un médico necesite una biopsia más complicada para obtener una mejor muestra. Puede incluir una biopsia central con una aguja más grande (2,5 mm), una biopsia quirúrgica para extirpar el nódulo o una lobectomía (extirpación parcial de la glándula). Las biopsias quirúrgicas y las lobectomías se realizan en un quirófano bajo anestesia general.

Exploración con yodo radiactivo de la glándula (gammagrafía)

La gammagrafía es uno de los métodos más utilizados para el diagnóstico de enfermedades de la tiroides, que se realiza mediante isótopos radiactivos (yodo 123 y 131, tecnecio 99). El uso de la exploración con radioisótopos permite evaluar el funcionamiento de la glándula, detectar malignidades celulares o cambios vasculares.

Debido a que las células de cáncer de tiroides medular no absorben yodo, las gammagrafías con yodo radiactivo no se usan para este cáncer.

La técnica es completamente segura para el cuerpo (por ejemplo, con la ayuda del isótopo tecnecio se puede realizar incluso para bebés), pero algunas contraindicaciones limitan las posibilidades de uso para grupos específicos de pacientes (mujeres embarazadas, madres lactantes).

Exploración con yodo radiactivo

Gammagrafía basada en el principio de la capacidad de las glándulas para absorber y excretar yodo (así como otros isótopos), que se utiliza para la investigación. La glándula tiroides acumula mucho más yodo que cualquier otro órgano de nuestro cuerpo porque produce hormonas a base de yodo (p. ej., tiroxina).

Luego, los radioisótopos abandonan el cuerpo con las heces y la orina.

Para esta prueba, se traga o se inyecta en una vena una pequeña cantidad de yodo radiactivo. Con el tiempo, el yodo es absorbido por la glándula tiroides (o las células tiroideas en cualquier parte del cuerpo). Una cámara especial captura imágenes y mide la cantidad de tinte que absorbe la glándula (nódulos).

Los resultados de las pruebas normales y anormales se informan como funcionales (estándar), fríos (que no acumulan radioisótopos) o calientes (hiperactivos). Los nódulos tiroideos fríos indican una enfermedad o bocio nodular y necesitan una evaluación adicional.

Recomendaciones preparatorias del procedimiento:

  • dejar de tomar medicamentos que contienen yodo (si no fueron recetados para el tratamiento),
  • para evitar otros estudios con contraste (urografía renal, resonancia magnética con contraste adicional).

Ventajas y diferencias de la TC y la RM de la glándula tiroides

En el diagnóstico complejo de la glándula tiroides, se realizan imágenes por computadora y resonancia magnética. La base de estos métodos fiables de alta precisión es la radiación de rayos X y la resonancia magnética nuclear.

La TC ayuda al médico a evaluar los cambios morfológicos en la glándula tiroides. La indicación más común para la tomografía computarizada es la localización profunda de tumores, procesos inflamatorios y daño de órganos.

La principal contraindicación de ambos métodos es el embarazo.

La resonancia magnética de la glándula tiroides le permite obtener una imagen tridimensional. Brinda información precisa sobre el tamaño, la estructura anatómica y la ubicación de los órganos y tejidos del cuello. Este dato es fundamental para la planificación del tratamiento quirúrgico.

La resonancia magnética es más informativa en comparación con la tomografía computarizada, pero también es más costosa.

Otros metodos

PET-TC. La tomografía por emisión de positrones puede ser útil si el cáncer de tiroides no absorbe yodo radiactivo. En esta situación, la tomografía por emisión de positrones puede indicar si el cáncer se ha propagado.

Laringoscopia: examen de la laringe con un tubo delgado, una luz y una lente en el extremo. Dado que los tumores de tiroides a veces pueden afectar las cuerdas vocales, el médico (antes de la cirugía) puede verificar si se mueven normalmente.

La biopsia por congelación - estudio citológico intraoperatorio (criosección). Es la "biopsia rápida" que se realiza durante la cirugía. Un médico puede determinar la estructura de las células y tejidos en la tiroides literalmente en cuestión de minutos. Permite a los cirujanos decidir sobre otras tácticas de cirugía de tiroides mientras el paciente aún está en la sala de operaciones.