Debe consultar a un médico si:
- Notaste un bulto (hinchazón) en el cuello
- Agrandamiento de los ganglios linfáticos
- El cambio de voz, una ronquera constante.
- Dificultad para respirar y dificultad para tragar
- Dolor en el cuello y la garganta
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Los signos específicos del cáncer de tiroides son difíciles de distinguir, ya que la causa de los síntomas visibles significativos no suele ser el cáncer sino un nódulo en la glándula tiroides. Nodos: un fenómeno generalizado, además, la probabilidad de su desarrollo aumenta con la edad. Pero el 95% de todos los bultos suelen ser benignos.
Según las estadísticas, el cáncer de tiroides afecta a las mujeres tres veces más que a los hombres.
La formación nodular de la glándula o los ganglios linfáticos agrandados en el área del cuello es principalmente un signo del proceso infeccioso y solo en algunos casos puede indicar cáncer. Si el tumor se encuentra en un paciente menor de 20 años, vale la pena visitar a un médico lo antes posible. A esta edad, tales formaciones no son típicas y pueden ser un signo de cáncer agresivo.
Si ha encontrado nódulos en la glándula tiroides, es importante conocer todos los posibles signos de cáncer.
El diagnóstico precoz del cáncer de tiroides se complica por la ausencia de manifestación clínica, o puede confundirse con "bocio nodular". Es por eso que no debe descuidar los exámenes regulares de un especialista.
Signos primarios de cáncer de tiroides:
- sensación de "un nudo en la garganta";
- hinchazón en el cuello;
- malestar al tragar;
- dificultad para respirar;
- ronquera u otros cambios en la voz;
- dolor en el cuello.
Síntomas del cáncer de tiroides avanzado:
- un "bocio" de rápido crecimiento;
- endurecimiento en el área del cuello;
- dolor o sensaciones desagradables en la garganta;
- ganglios linfáticos agrandados;
- pérdida de la voz;
- tos prolongada;
- tensión y dolor al tragar.
En algunos pacientes, el cáncer puede no presentar síntomas y, por lo tanto, el tumor se detecta tarde.
El diagnóstico temprano es posible si un paciente consulta a un médico inmediatamente después de notar el tumor. Los exámenes preventivos regulares son factores críticos en el tratamiento.
Cuanto más grande se vuelve el tumor, más evidentes son los signos de cáncer de tiroides.
El cáncer de tiroides no es un tumor agresivo. Es posible que no cambie su tamaño durante muchos años. Se aplica a todos los tipos de cáncer de tiroides, excepto la forma anaplásica. El cáncer de tiroides anaplásico es un tipo de cáncer muy raro (menos del 3% de los casos) es excepcionalmente agresivo y crece rápidamente.
Se acompaña de síntomas como:
- hinchazón;
- cianosis de la cara;
- hinchazón;
- falta de aire severa;
- un dolor de cabeza;
- fatiga;
- disminución del peso corporal;
- alta temperatura corporal.
Causas del cáncer de tiroides
Razones para el desarrollo del cáncer de tiroides
- bultos benignos;
- factores de riesgo genéticos (antecedentes familiares);
- falla de las funciones neuroendocrinas;
- exposición a radiaciones ionizantes;
- malos hábitos (fumar).
¿Cómo determinar el cáncer de tiroides?
- examen palpatorio;
- ultrasonido;
- gammagrafías con yodo radiactivo;
- pruebas de función tiroidea;
- una biopsia con aguja.
Prevención del cáncer de tiroides
El factor crítico de la prevención del cáncer de tiroides es el tratamiento oportuno de otras enfermedades de la glándula y los exámenes regulares, que las personas en un grupo de riesgo no pueden descuidar. Es muy recomendable una dieta equilibrada en yodo (sal yodada y algas en el menú).
Síntomas clínicos del cáncer de tiroides
Los síntomas clínicos en la etapa inicial son inespecíficos. Un médico puede sospechar un tumor maligno durante el examen si se detecta un nódulo en la glándula tiroides.
La glándula tiroides consta de 2 mitades, conectadas por un puente de tejido (istmo). El tumor suele aparecer en la mitad inferior del lóbulo tiroideo, con menos frecuencia en el istmo de la glándula, desde donde se puede propagar a ambos lóbulos. En las primeras etapas, el tumor es redondo, liso y tiene una consistencia densa. El tumor avanzado se vuelve grumoso y puede crecer en uno o ambos lóbulos.
A menudo, el tumor crece hacia la parte posterior del cuello, donde puede comprimir el nervio y la tráquea. Conduce a síntomas tales como ronquera y dificultad para respirar. En algunos casos, el cáncer comprime el esófago, interrumpiendo el proceso de deglución (disfagia).
En el curso de un mayor desarrollo del cáncer, los músculos del cuello y el haz vascular-neuronal también se ven afectados.