Es la primera vez que voy a otro país a operarme y, por primera vez, a Turquía. Así que estaba muy nerviosa. Pero desde la preparación hasta la llegada por chat, pasando por los preparativos in situ: traslado al aeropuerto, hotel, viaje hasta el vendaje, estuve totalmente bajo el cuidado del personal de la clínica. Sabía cuál era el siguiente paso, a qué hora sería, cuándo tomar qué medicación, cómo iría la operación, etc. Lo sabía todo. Me guiaron cuidadosamente a lo largo de estos pocos días, como de la mano.
El hotel donde me alojaron también tuvo en cuenta mis necesidades: tenía que trabajar y el personal de la clínica me reservó una habitación con escritorio, lo cual era muy importante para mi comodidad durante el trabajo.
El personal de la clínica fue servicial, profesional, comunicativo y amable.
Cuando me fui, intenté encontrar cualquier cosa que se pudiera haber mejorado y me di cuenta de que sería muy difícil presentar una queja: todo se hizo lo mejor posible.
Algunos colegas ya me han pedido recomendaciones y yo se las he dado con mucho gusto.