Elija un dermatólogo o cirujano plástico certificado con experiencia especializada en el tratamiento de cicatrices de acné, preferiblemente uno ubicado en centros médicos de prestigio en las principales ciudades mexicanas, como Ciudad de México, Guadalajara o Tijuana. Verifique su titulación con el registro de la Secretaría de Salud y asegúrese de que esté certificado por organizaciones reconocidas, como el Consejo Mexicano de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva.
Evalúe las clínicas según los estándares de seguridad y los servicios que ofrecen. Busque centros con certificación de la COFEPRIS o acreditación internacional de organizaciones como Joint Commission International. La clínica debe ofrecer procedimientos basados en la evidencia, como microagujas, láser fraccionado, peelings químicos o suspensiones de células epidérmicas autólogas. En México , 146 clínicas acreditadas atienden a más de 3900 pacientes al año, con tarifas que oscilan entre $1200 y $3000 . Centros de alta calificación, como el Instituto José Cortés, mantienen una calificación de 5.0 y atienden a 2500 pacientes al año .
Priorice las clínicas con protocolos de esterilización estrictos, ya que un control inadecuado de infecciones en entornos no controlados puede provocar complicaciones graves, como la transmisión del VIH a través de equipos contaminados . Infórmese sobre la experiencia del médico en el tratamiento de su tipo de cicatriz, vea fotos del antes y el después y conozca los protocolos integrales de atención pre y postratamiento. Programe una consulta detallada para hablar sobre el plan de tratamiento, los resultados esperados, los riesgos y el costo total, incluyendo el seguimiento.
Elija clínicas autorizadas con especialistas certificados que utilicen procedimientos basados en evidencia y brinden una coordinación de tratamiento cuidadosa para lograr los resultados más seguros posibles y los resultados óptimos.