Antes de la cirugía, un médico evalúa el historial médico del paciente. Se realiza una prueba de imagen llamada angiograma coronario. Durante esta prueba, se introduce un tinte líquido en el flujo sanguíneo del paciente a través de un catéter en el área de la muñeca o la ingle. El tinte es visible en la radiografía, lo que permite localizar y planificar el tratamiento de las obstrucciones del flujo sanguíneo.
Con base en los resultados del examen del paciente, un médico decide si el procedimiento es viable y qué tipo de stent se debe usar y qué clínica elegir. Según este Médico Coordinador le responderá cuánto cuesta la cirugía de angioplastia en su caso particular.
Antes de la operación se realizan exámenes de rutina: análisis de sangre, radiografía de tórax y electrocardiograma para descartar contraindicaciones y conocer mejor el estado del paciente.
Los pacientes no deben tomar ningún medicamento que interfiera con la coagulación o el espesor de la sangre. Cualquier medicamento debe tomarse solo de acuerdo con un médico.