Los métodos de tratamiento de los miomas se dividen en no quirúrgicos y quirúrgicos. Estos últimos incluyen la miomectomía (extirpación de los miomas) y la histerectomía (extirpación del útero). La ventaja de la extirpación quirúrgica de los miomas es que la posibilidad de recidiva es mínima, mientras que con la histerectomía es completamente inexistente.
Las desventajas de estos métodos son las cicatrices, las complicaciones postoperatorias, la pérdida de sangre y los fallos hormonales. La cirugía moderna de los miomas uterinos permite reducir todos estos riesgos al mínimo. Por eso, los especialistas de las clínicas extranjeras prefieren las técnicas mínimamente invasivas. Entre ellas se encuentran la laparoscopia (cirugía a través de punciones en el peritoneo) y la histeroscopia (cirugía a través de la vagina).
Tratamientos no quirúrgicos de los miomas uterinos
Embolización de las arterias uterinas. Se introducen pequeños globos (émbolos) a través del catéter en la arteria femoral. Obstruyen los vasos que alimentan el mioma y éste se contrae hasta alcanzar un estado normal.
FUS-ablación. El procedimiento consiste en calentar los miomas bajo control por resonancia magnética, tras lo cual se destruye la neoplasia.